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Nuestro futuro en Marte y Venus: la Terraformación

¡Hola camarada! Recientemente habrás oído hablar sobre la búsqueda de vida en otros planetas, la posibilidad de ser habitados por los humanos y la exploración espacial. Pues bien, todo esto está relacionado con el deseo de tener un segundo hogar para la especie humana. ¿Es esto posible o son elucubraciones sin sentido?

 

 La terraformación es una solución muy popular para conseguir nuestro segundo hogar. Es un término que nace de la ciencia ficción. La terraformación consiste en transformar un planeta o satélite para hacerlo lo más similar posible a la Tierra. Esto implicaría alterar el entorno del satélite o planeta en cuestión de manera deliberada. La teoría es muy fácil, pero, la práctica... ¡hay que pensar mucho!

En nuestro sistema solar los dos grandes candidatos para la terraformación son Venus y Marte. De hecho, existen diversas propuestas sobre cómo deberíamos lanzarnos a la terraformación de ambos mundos.

 

El famoso científico Carl Sagan publicó varios trabajos sobre este campo. En 1961 planteó que se podría sembrar la superficie de Venus con algas. En 1973 planteó oscurecer la superficie de Marte, para así aumentar su temperatura consiguiendo derretir los polos marcianos y obtener de esta forma un efecto invernadero similar al terrestre.


A continuación, te explicaré las principales propuestas de la terraformación de estos dos planetas.


¿Cómo podemos terraformar Marte?

 

Marte nos plantea varios desafíos. Por una parte dispone de una atmósfera extremadamente fina e irrespirable. Para que lo entiendas mejor la voy a comparar con la de la Tierra. La atmósfera terrestre está formada por un 78% de nitrógeno, 21% de oxígeno y de pequeñas cantidades de otros gases. En cambio, la atmósfera de Marte está compuesta por un 96% de dióxido de carbono, 1,93% de argón, 1,89% de nitrógeno y pequeños rastros de agua y oxígeno. ¡La diferencia es enorme!

Otro desafío es la presión. Su atmósfera tiene una presión equivalente al 1% de la Tierra al nivel del mar.

Un tercer inconveniente es la radiación. La superficie de Marte recibe una radiación muchísimo mayor que la que recibe la Tierra. Esto se debe a que apenas tiene campo magnético que desvíe la radiación solar.


Por todo lo anterior, necesitamos calentar el planeta, conseguir una atmósfera más densa y que además sea respirable. Pero... ¿cómo lo conseguimos? Pues bien, se han propuesto diversos métodos. Uno de ellos es crear un efecto invernadero utilizando amoníaco. Si se introdujera este gas en la atmósfera de Marte, se volvería más densa y por consiguiente aumentaríamos su temperatura. Además, el amoníaco está compuesto de nitrógeno por lo que se podría usar más adelante como base para crear una atmósfera respirable, ¡un 2x1!

Otra solución (propuesta por Carl Sagan) es oscurecer la superficie del planeta para reducir su albedo. El albedo es la cantidad de luz solar que refleja un objeto celeste. De esta forma provocaríamos que el planeta se calentara. Para oscurecerlo se podría plantar plantas oscuras en su superficie o cubrir el planeta con polvo procedente de sus satélites.

La NASA propone introducir organismos fotosintéticos, derretir los polos marcianos e introducir gases de efecto invernadero


Otra opción es introducir cianobacterias que produzcan oxígeno para conseguir una atmósfera respirable. También se podrían emplear clorofluorocarbonos (que son gases de efecto invernadero) aún más potentes que el amoníaco. 

Otra propuesta más alocada es la de usar espejos (sí sí, ¡espejos!) para calentar el planeta. Éstos estarían orbitando Marte con el propósito de dirigir energía a la superficie, calentar los polos, derretirlos y conseguir el efecto invernadero. Idea de SpaceX.


Otra opción más brutal es la de lanzar asteoroides contra Marte para así calentarlo. Asteroides en el sistema solar sobran pero... ¡la idea es muy poco práctica!

Para enfrentarnos al problema de la radiación se plantea colocar un escudo magnético que protegería al planeta de la radiación.


Terraformar Marte nos daría un segundo hogar, nos ayudaría con el problema de la sobrepoblación al igual que nos ofrecería conseguir muchos más y nuevos recursos. Una cosa muy interesante es que en Marte, al tener una atmósfera muy fría, agradecerá el dióxido de carbono y la contaminación ya que calentarán el ambiente (cosa totalmente contraria a lo que ocurre en la Tierra).

 

¿Cómo podemos terraformar Venus?

 

Venus, el planeta más parecido a la Tierra, también tiene posibilidades para ser terraformado. Es un planeta de tamaño similar a la Tierra y posee un 90% de su gravedad por lo nuestra adaptación podría ser bastante sencilla. ¡Pero ojo! Su atmósfera es 90 veces más densa y su temperatura es de 460ºC. Y por si fuera poco, su atmósfera está formada, principalmente por dióxido de carbono y ácido sulfúrico

Como ves, la terraformación de Venus es todo un reto y no es desde luego fácil. Sin embargo, hay científicos y expertos afirman que Venus es un destino más apetecible que Marte. Lo curioso es que lo que necesitamos hacer en Venus es todo lo contrario a lo necesario en Marte.

Carl Sagan propuso usar algas y bacterias, obviamente modificadas genéticamente, que transforman el carbono de la atmósfera en moléculas orgánicas. El problema es que el ácido sulfúrico imposibilita esta opción.

Otra opción es bombardear la atmósfera de Venus con hidrógeno para producir grafito y agua. Caerían entonces a la superficie del planeta, pudiendo cubrir hasta un 80% de Venus con océanos. Esta idea del hidrógeno adelgazaría también la atmósfera y la haría más respirable.

La siguiente idea es llevar a cabo un "secuestro de carbono". Se bombardearía el planeta con magnesio y calcio, provocando que el carbono se combine con ellos.

Otras propuesta incluyen crear una sombra solar para enfriarlo. Esta sombra podría consistir en una lente que desviaría la luz solar de Venus. Reduciríamos la temperatura y la radiación recibida.

No obstante, la siguiente alternativa es quizás la más convincente hasta el momento. Se podrían crear y colocar refractores solares en su atmósfera. No habría problema para mantenerlos volando ya que su densa atmósfera permitiría su flotabilidad. Lo interesante es que estos refractores de podrían emplear como primera colonia mientras el proceso de terraformación tiene lugar. 

Los beneficios de terraformar Venus son similares a los de Marte. No obstante, encontramos aquí un beneficio más: aprenderíamos a combatir el calentamiento de la Tierra. Otro factor es que es mucho más fácil comunicarse con Venus que con Marte: las condiciones ideales para un lanzamiento hacia Venus se dan cada 580 días, en cambio, para Marte se dan cada 740 días. 

Por último, quería decir que también se han barajado otras posibilidades como terraformar la Luna

Y tú, ¿qué piensas sobre todo esto? ¿Demasiada locura o tenemos la tecnología suficiente? ¿Qué planeta o satélite crees que tiene más posibilidades?

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